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La esclavitud de la deuda...

Como en la Edad Media, existen diferentes status y grados de servidumbre. Están aquellos que solamente pueden regresar con sus familias después de una jornada de doce horas de trabajo. O los que únicamente tienen derecho a volver a sus hogares durante el fin de semana. O aquellos que son enviados a otras provincias y tienen que vivir en barracones insalubres. Todo depende de la deuda contraída con el banco acreedor. Porque aquellos que tienen una sentencia corta de trabajo pueden regresar cada noche a sus casas, ya que el riesgo de fuga es menor. Pero los que deben una suma importante, o no tienen familia o razones para regresar al trabajo al día siguiente, son retenidos en barracones o encerrados en pisos para evitar fugas. La ley se ha alterado para equiparar a los prófugos de deuda, como se los conoce, con los atracadores de bancos. Para la justicia es exactamente lo mismo que robar un banco a punta de pistola.

Al principio, los llamados al Programa de Acción Social recibían una notificación de la administración, que les informaba de las condiciones de su nuevo régimen laboral. Pero como eso facilitaba su huida, pronto se pasó a enviar directamente a la policía para apresar a estos individuos y entregárselos a la entidad bancaria que tuviese el derecho de explotación.

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